“Ensancha el sitio de tu tienda y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escaso; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredara naciones, y habitará las ciudades asoladas. ~ Isaias 54:2-3.
Vivimos en un mundo que cambia rápidamente. En los últimos años, se han llevado a cabo cambios en el mundo que han afectado no solamente a la sociedad, pero a la Iglesia en general. Ha habido un cambio en lo que concierne a los valores y el compromiso dentro de la Iglesia. Si nosotros como ministerio habremos de heredar las promesas que Dios nos ha dado, y poder mantenernos relevantes y efectivos en estos tiempos cambiantes, hay tres cosas que tenemos que poner en practica.
1. Para Heredar las Naciones.
Necesitamos Alzar Nuestras
Miradas al Cielo. Debemos
reconocer que Dios es la fuente que nos
suple. Tenemos un llamado y una misión
que Dios nos ha encomendado a cumplir. Si
vamos a tener éxito, relevancia y efectividad,
primero tenemos que enfocarnos en Dios
antes que nada.
Nunca debemos olvidar que Dios es
“número uno” y siempre necesitamos
ponerlo a Él primero. Él es quien nos salvó.
Él es quien nos llamó. Tal como dice la
escritura en Salmos, “A menos que el Señor
edifique la casa, trabajan en vano aquellos
que la construyen.”
La razón por la cual Victory Outreach ha
llegado tan lejos es porque nuestra
dependencia ha sido en Dios.
No ha sido en
el gobierno, ni en grandes corporaciones, ni
en la gente, ni en cualquier otra cosa, sino
que nuestra dependencia ha sido en Dios.
En Salmos 23:1, David reconoció que Dios
era la fuente que suplía todas sus
necesidades. David dijo, “Jehová es mi
pastor y nada me faltará.” No dijo, “El
gobierno es mi pastor,” ni “el Seguro Social
es mi pastor,” ni “Mi trabajo o mi cuenta
bancaria me pastorean.” Ni siquiera la gente
le pastoreaba. Sino que David dijo, “¡Jehová
es mi Pastor!”
En ocasiones tendemos a depender en la
gente. Muchas veces esto les ocurre a los
pastores. Los encontrará orando, “Dios,
envíame un millonario.” Creen que si solo
Dios les enviara un millonario, todos sus
problemas financieros se acabarían. Me he
dado cuenta al pastorear una iglesia que mi
dependencia no está en la gente para que
cumplan con mis necesidades ni las
necesidades del ministerio. Mi dependencia
está en Dios,
“Jehová es mi pastor y nada me
faltará.”
Hay varias razones por las cuales batallamos
en permitir que Dios sea nuestra fuente que
suple toda necesidad. En primer lugar, por la
cultura de “Hágalo Usted Mismo” en la cual
vivimos. Vivimos en una sociedad secular
que a veces se mete en la iglesia. “Me
ocuparé de este problema y lo resolveré por
mí mismo,”…sin consultar a Dios.
La gente dice que “Dios ayuda a quienes se
ayudan a si mismos.” En ninguna parte de
la Biblia dice eso. Pero lo que sí dice es que
Dios ayuda a los que dependen en Él, a
quienes lo reconocen como su fuente.
A veces confundimos el canal con la fuente.
Tendemos a creer que la fuente que suple
nuestras necesidades es nuestro trabajo.
Algunos se aterran si pierden su trabajo,
porque consideran a la gente, o sus cuentas
bancarias u otras cosas en sus vidas como su
fuente.
dentro de tu ministerio. Cada vez que sientas estas preocupaciones, debería de ser un “Ensancha el sitio de tu tienda y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escaso; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredara naciones, y habitará las ciudades asoladas. ~ Isaias 54:2-3 aviso que has dejado de buscar a Dios como tu fuente. Un buen ejemplo de esto se encuentra en I Reyes 17:2-6 con la historia de Elías. Había escasez en la tierra. Dios estaba guiando a su siervo Elías por el arroyo y los cuervos venían a alimentarlo. Después, el arroyo se secó. Dios siempre había estado proveyendo pero cuando el arroyo se secó, Elías retiró la mirada de Dios y empezó a quejarse diciendo, “Dios, ya no me amas. Estabas cumpliendo con todas mis necesidades pero ahora todo se secó. Es porque ya no me quieres.” En otras palabras, Elías estaba en una
“Fiesta de Auto-Lástima” así como muchos de nosotros tenemos en ocasiones. Cuando todo va bien decimos, “Dios, realmente me amas.” Pero en cuanto las cosas no van como esperamos empezamos a llorar, “Dios, ya no me quieres.” Mientras que el arroyo corría, Elías se hubiera puesto cómodo. Pero Dios quería que continuara adelante. En veces Dios actúa así con nosotros. Seca el arroyo en nuestras vidas, las cosas se amargan y llegan los problemas o hay una escasez. Es porque Dios quiere que quitemos los ojos del canal y los pongamos en la fuente la cual es Dios. El quiere que confíes en El.
“Necesitamos recordar que Dios es nuestra fuente. El arroyo se podrá secar y el canal se podrá secar pero Dios, quien es nuestra fuente, nunca se secará.”
0 Comentarios